Jardín Zen
Un pequeño patio acristalado, en el interior de una vivienda unifamiliar, supuso el punto de partida de un proyecto decorativo en sintonía con el diseño biofílico.
Los grandes ventanales, que desde las distintas estancias de la casa flanqueaban este reducido espacio, acabaron enmarcando (cual obra de arte) el diseño de un paisaje que se integra en la vivienda y se disfruta desde el interior.
Así, la pizarra negra y una sabia combinación de colores y texturas procedentes de distintos áridos, junto al majestuoso bambú y una correcta y discreta instalación de riego automático, configuraron un espacio de clara inspiración oriental y escaso mantenimiento.