Jardín de la Piovera

El jardín de esta vivienda unifamiliar, concebido como un “jardín de bienvenida”, en el que recibir y disfrutar en compañía, pone de manifiesto cómo la virtud de un paisajista es la de transformar en aquello que se desea, el espacio con el que se cuenta.
 
Una pérgola bajo la que guarecerse de los rayos solares, mobiliario en madera a juego con el vallado en tarima tecnológica (que ofrece al mismo tiempo protección frente a miradas ajenas) y un banco de obra suspendido sobre un tapiz de piedra natural blanca, que a su vez es escoltado por jardineras, conforman un conjunto armónico y pensado para su uso de día y de noche. Además, destaca en este último sentido la incorporación de un sistema de micronebulización, para refrescar el ambiente cuando las altas temperaturas dificultan la estancia en exteriores y un cuidado sistema de iluminación para disfrutar del jardín en momentos de baja intensidad lumínica.

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